Rhapsody - Tales From The Emerald Sword Saga

Tales From The Emerald Sword Saga
Compilado, Limb Music
Febrero 23, 2004
1.05:59 Warrior of Ice
2.04:49 Rage of the Winter (Symphonic Version)
3.03:24 Forest of Unicorns
4.04:51 Land of Immortals (remix)
5.04:21 Emerald Sword
6.04:30 Wisdom of the Kings
7.04:32 Wings of Destiny
8.03:48 Riding the Winds of Eternity (edit)
9.04:49 Dawn of Victory
10.04:17 Holy Thunderforce (remix)
11.03:51 The Village of Dwarves
12.03:42 Rain of a Thousand Flames
13.03:59 Knightrider of Doom
14.05:02 March of the Swordmaster
15.04:25 Power of the Dragonflame
16.04:38 Lamento Eroico
Total: 01:10:57

Crítica
por Jordi Tàrrega de The Metal Circus

Una vez acabada la pentalogía de La espada esmeralda estaba claro que los señores de Limb no tardarían mucho en dejar caer un recopilatorio con lo mejor de las huestes de Luca Turilli. Bajo el título de Tales From The Emerald Sword Saga hay recopilado una especie de Best Of muy representativo y en el que dan cabida a medios tiempos, baladas y trallazos metálicos. Han optado por dar orden cronológico a la saga, pero han cometido el grave error de olvidarse de todas las intros, algo fundamental en la discografía de Rhapsody pues en parte han sido ellos los que han provocado que todo disco de power metal melódico y sinfónico se abra con una magnificente introducción.

La selección empieza con su fantástico Legendary Tales, un disco clave que cayó como una bomba a finales del 97 y abrió un camino a seguir. No era nada nuevo pero nunca se había llevado hacia terrenos tan orquestales. De ese disco podrían haber caído todos sus temas excepto la que da nombre al disco, pero se ha optado por “Warrior Of The Ice”, “Rage Of The Winter”, “Land Of The Immortals” y la gran balada “Forest Of The Unicorns”. En ese disco se orquestaban las famosas rhapsodias de Paganini substituyendo el violín por la eléctrica de Luca Turilli.

Con la irrupción de Rhapsody Italia ya era una habitual facturadora de metal, creaba escuela y hacía que sus músicos ya no ocultaran sus nombres reales bajo vergonzosos seudónimos. Su siguiente Symphony Of Enchanted Lands ya no tenía la frescura y potencia de su antecesor pero gozaba de una producción muy mejorada y derivaba hacia un sinfonismo realmente trabajado. “Emerald Sword” es uno de sus himnos imprescindibles, pero también se incluyen “Wisdom Of The Kings”, Riding The Winds Of Eternity” y “Wings Of Destiny”. Pasan a ser el grupo estrella de Limb, se consagran e incluso deciden acompañar a Stratovarius en su tour mundial, algo que dejaría ver su humanidad. Hasta ese momento eran venerados como dioses, pero su directo evidenció que sus pomposos arreglos no funcionan en directo y la falta de un line-up estable era evidente, por no hablar de la horrenda voz de Fabio Lione (antes Joe Terry) y sus movimientos pélvicos bochornosos.

La aparición de Dawn Of Victory vino acompañada de críticas que les acusaban ya de repetirse, de banda de estudio y de meter letras algo facilonas y tópicas. A pesar de haber gran parte de razón en todos esos comentarios Dawn Of Victory recuperaba parte de esa dureza primigenia, y temas como la propia “Dawn Of Victory” o “Holy Thunderfoce” pasaron a ser himnos del grupo. Se incluye también la preciosa “Village Of Dwarves”, una preciosa pieza medieval festiva, una baza con la que no jugaron con su anterior disco. Podrían haber metido la instrumental “Trolls In The Dark”, bien lo merece. Desgraciadamente se inventaron la famosa y pretenciosa etiqueta de Symphonic Hollywood Metal y se fotografiaron junto Aresius, un personaje de la pentalogía al que dieron vida en forma de muñeco a lo Barrio Sésamo. Eso les reportó más críticas que otra cosa.

De su siguiente mini Rain Of Thousand Flames incluyen el tema homónimo, otra muestra de sinfonismo, fuerza, melodías y orquestaciones. Quizá el tema más rápido que hayan grabado, pero el público empezó a cansarse del grupo. En el 2001 aparecían muchos clones de los itálicos y encima el proyecto de Luca Turilli tampoco era muy diferente de su banda madre, algo que hacía que su público se saturase del excedente de ideas de su líder.

Power of The Dragonflame ya no fue acogido con grandes ganas aunque la buena noticia era que Rhapsody mejoraban su directo y que terminaban la dichosa pentalogía. Sin ser un mal disco peca de todas las críticas que sirven a sus anteriores trabajos. De este se incluyen “Knightrider Of Doom”, “March Of The Swordmaster”, Power Of The Dragonflame” y la épica “Lamento Eroico”.

Cualquier fan de los italianos echará de menos algo de material inédito, pues las versiones remix o orquestales aparte de aparecer en los singles del grupo tampoco son excesivamente diferentes de las originales y un solo vídeo-clip no es motivo suficiente para hacer picar al fan convencido. Es interesante para quien no conozca todavía el legado del dueto Turilli-Staropoli pues son uno de los grupos claves del metal contemporáneo –guste o no-. La edición de este recopilatorio es totalmente prescindible, pero como parece que van a tomarse un parón y no pueden sacar material en directo (razón más que obvia ya sabida por todos los que hayan asistido a alguno de sus conciertos), pues está claro que su discográfica va a intentar mantener encendida la llama de Rhapsody.